martes, 5 de octubre de 2010

Esto no lo salva ni Superman

Ayer me dieron noticias frescas sobre la empresa en que trabajo. Frescas o podridas, según se mire. Alguien que sabe mucho de ella me dijo que los altos mandos han decidido cerrarla definitivamente antes de que hayan pasado seis meses.

Por eso, lo que me propongo a través de estas páginas es iros contando cómo sea ese cierre. Qué vueltas de tuerca demos entre todos y, más que nada, cómo se consigue poner el candado a un gato que empezó a maullar a principios del siglo veinte con una familia que creía en su producto. Si lo gestionaron bien o mal, si lo fabricaron mejor o peor, la historia los juzgará, no seré yo.

Precisamente hace dos minutos ha venido a verme el director de recursos humanos. Si supiera lo que  me traigo entre manos. Me comenta que la semana que viene tienen reunión con los sindicatos, que amenazan los trabajadores con ir a una huelga indefinida si nadie les habla claro, que no quieren más milongas. Yo considero que tenían que haberse despertado antes. Cuando nos empezaron a descuartizar y dividir en trozos.

Os acordáis del trabajo de Richard Gere en Pretty Woman? Yo no he podido olvidarlo. Compraba empresas, después las trozeaba y vendía los trozos. 'Así saco más dinero que con una empresa entera'. 'Ah', le dice Pretty, 'es como robar coches y vender las piezas, no?' Bueno, algo así hicieron con nosotros cuando nos compraron primero y después nos escindieron en varias empresas. Una para cada  actividad funcional, nos dijeron. A continuación, empezaron a despedir uno tras otro a los que habían mandado a una de las empresas. Pero como ya nos habían dividido, por esos sólo se pelearon los de la empresa nueva, y no los de la antigua. No se dieron cuenta de que todos tendríamos el mismo destino y crearon la ilusión de que unos sobrevivirían y otros no, en función de su nueva ubicación y 'funcionalidad'.

Pero antes que eso hicieron otra jugada igualmente inteligente. Prejubilaron a todos los sindicalistas furiosos de la empresa con unos sueldos más que dignos. Y mandaron mensajes al viento de que todo iba a continuar como estaba. No había pues de qué preocuparse.

Pero he aquí que de esas palabras no han pasado más que unos escasos tres o cuatro meses, y ya nos amenazan  por  todas  partes con mandarnos al carajo en grupo.

Lo de  siempre. Las fábricas hay que montarlas donde puedan pagarse los sueldos.  En Tailandia, o en China o en la India. O en Vietnam. O en Brasil. Pero no en la vieja Europa, donde te cosen a impuestos y te fríen a normas laborales en defensa del trabajador.

Así  que de momento aquí estamos. Con las espadas a medio sacar de su  funda, atascadas la mayor parte de ellas por falta de pericia. Y por miedo. Y por comodidad. Tú tranquilita, me dicen algunos. Que no vas a salvar Troya. Consigue lo que te toque y no hagas mucho ruido. Tienes familia que  cuidar y no te convienen los líos. Cuántos más como yo, de coge el cheque y no metas bulla?

Como tenemos elecciones autonómicas en noviembre, a lo mejor no quieren levantar antes la liebre. Nuestro President no podría soportar otra mancha más en su expediente antes de la despedida. Todo está fríamente calculado quizá, con un plan preconcebido que  no tenían ni los americanos al entrar en Irak.

Yo quise pensar que todo esto era azar y que un soplo de viento en Alaska nos salvaría de la quema. Pero me temo ya lo peor. Seguiré informando desde la trinchera, compañeros.

7 comentarios:

  1. Esto es la crónica de una muerte anunciada. Recuerdo tu relato del princípio de la agonía, y parece que ahora se presenta el último acto. Espero que sobrevivas a la hecatombe, y mientras tanto nos cuentes tus desahogos espontáneos que harán historia. Lo de meter bulla o coger el cheque lo verás claro en breve, estoy segura.

    Mucha suerte y ánimo. Los cambios siempre vienen bien para replantearse la vida.
    Besos

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  2. Vaya, pues lo siento por la parte negativa que te toca ya y que vas a vivir en los próximos meses, pero por otro lado me sumo al mensaje optimista de cambio que te deja Jo.

    Estoy seguro de que el relato, más real que nunca, me va a parecer apasionante. Al fin y al cabo, es a esta gente a la que yo culpo de la crisis... Mucha suerte en el proceso.

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  3. Manuela!!! me parece una idea no solo genial, si no apasionante que te aseguro seguiré en prime time. Pero prométeme una cosa, que cuando termines esta serie cojas todos los posts y escribas una artículo. Si a ti te da corte luego moverlo, lo hago yo que no me dará ninguno.

    Siento por la parte personal el trago que te tocará pasar, pero también sé que vales tanto que no tardaras en rehacer, quizá para mejor, tu vida laboral. En el entretanto los demás tenemos suerte de poder contar con una voz tan lúcida como la tuya para saber como se gestan desde dentro estos desastres que siempre son narrados desde fuera.

    Un besazo

    Cris

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  4. Espero que al final todo salga bien para ti. Un abrazo

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  5. Lo peor de todo, es que todos esos derechos y avances que se consiguieron luchando (o, quizás simplemente dejando que pasara el curso de la historia) contra Charles de Gaulle y contra otros, buscando arena bajo los adoquines. Allá por poco antes de que tu y yo nacieramos. Se están perdiendo ahora por tener un A-3 de segunda mano pagado a plazos. (unnnn chisss callaté la boca, coge la miseria que te toque de indemnización -cada vez menos por cierto-, besame el culo y vete)
    nos dejamos, simple y llanamente nos dejamos. Somos unas panchas contentas. quejarse es de rojos y de pobres... y claro aquí todos somos ricos.
    En fin chica, suerte en el desmantelamiento, espero que no resultes muy herida. un saludo

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  6. JO GRASS: mira en eso tienes razón, es como hacer mudanza y replantearte todo lo que tenías acumulado y no te servía ya para nada... besito

    JUAN RODRIGUEZ MILLÁN: pues bueno, trataremos de sacarle provecho a la experiencia y contarla es una manera de hacerlo! la mejor que yo conozco!

    CRIS: pues hija, gracias por la confianza! seré la insider mejor relatora posible! beso

    QUIQUE: y yo también!!! gracias!!!

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  7. CARLOS: sí Carlos, así es, cada uno con nuestra pequeña vidilla burguesa queremos conservar lo que nos hemos labrado con los años, y no perderlo haciéndonos los 'rojos' como tú dices, era de Woody Allen la peli de 'Toma el dinero y corre', no?

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